La historia de la radio a nivel mundial se remonta a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. El inventor italiano Guglielmo Marconi es ampliamente reconocido por desarrollar el primer sistema de radio funcional por la década de 1890. Su invención permitió la transmisión inalámbrica de señales telegráficas a larga distancia.
En 1906, el canadiense Reginald Fessenden realizó la primera transmisión de audio por radio, que fue escuchada por buques en alta mar, lo que marcó el inicio de la radiodifusión. A medida que la tecnología avanzaba, la radio se convirtió en un medio de comunicación masivo, brindando noticias, entretenimiento y música a audiencias de todo el mundo.
La radio llegó a Ecuador en la década de 1920, cuando varios entusiastas comenzaron a experimentar con equipos de transmisión. La primera estación de radio oficial del país, HCJB, se fundó en 1931 en Quito, conocida como La Voz de los Andes, perteneciente a pastores evangélicos. Durante las décadas siguientes, la radio se expandió rápidamente en todo el país, convirtiéndose en una fuente importante de información y entretenimiento.
Asimismo, la radio llegó a la ciudad de Loja, ubicada en el sur de Ecuador, por el año de 1935. Los primeros artefactos radiales se instalaron en ciertas casas de la parroquia San Sebastián, donde las personas acudían amontonándose para escuchar las noticias o música de emisoras nacionales
A medida que la radio se popularizaba en Loja, surgieron varias estaciones locales que transmitían música, noticias y programas culturales para la comunidad lojana, tales como Ondas del Zamora (1950), Radio Centinela del Sur (1956), Radio Nacional Progreso”, Luz y Vida (1967), Radio La Hechicera (1987), Super Láser Panamericana (1992) y Radio Rumba (1999).
La radio desempeñó un papel crucial en la vida de la ciudad de Loja al proporcionar un medio de comunicación importante y un espacio para la promoción de la cultura local y legado musical. A lo largo de los años, las estaciones de radio en Loja han evolucionado y diversificado su programación de manera más interactiva para satisfacer las necesidades cambiantes de su audiencia.
Referencias:
Valarezo, R. (2023). Loja de Ayer (1950-2000). Visión retrospectiva de su convivir y desarrollo.