Mientras leemos este artículo, podemos observar que a nuestro alrededor existen varios espacios, lugares, objetos, casas y actividades o manifestaciones que realizan otros. En este entorno, podrían existir elementos que sean parte del patrimonio cultural, pero para identificarlos mejor debemos tener claro a qué se considera patrimonio cultural, ya que no todo lo que vemos, apreciamos, o escuchamos es patrimonio.

Existen muchos conceptos, como autores que definen al patrimonio cultural de distintas maneras, pero la esencia de toda esta literatura, nos ayudan a considerar al patrimonio cultural como todo aquello que ha sido heredado de nuestros antepasados o de antiguas civilizaciones que habitaron anteriormente nuestro territorio.

Por lo tanto, una característica importante es que el patrimonio cultural tiene que tener este elemento de antiguedad, es decir es aquello que se hizo, se creó o originó en tiempos remotos. ¿Pero cómo identificar el tiempo o cantidad de años, siglos que debe tener ese patrimonio para ser considerado cultural como tal? Al respecto, la mayoría de países cuentan con leyes y normativas donde suelen establecer todas las características que deben tener su patrimonio cultural para ser considerado y oficializado como parte de la nación. En el caso del Ecuador, en la Ley Orgánica de la Cultura aprobada en 2016, Artículo 54, se encuentran las consideraciones que deben tener objetos y bienes para pertenecer al patrimonio cultural del país. Les invito a leer detenidamente ese documento y analizar qué ejemplos cumplirían con dichas características dentro de su localidad. Hay que resaltar que, para prácticas intangibles, el patrimonio cultural son manifestaciones que se realizaban en el pasado, pero que incluso se pueden seguir practicando hoy en día. .

También, se considera patrimonio cultural a todo aquello que ha sido producto o fruto de una obra humana, es decir todo lo que ha sido elaborado y creado por el ser humano desde sus inicios. Esta característica no se va a cumplir cuando tenemos un patrimonio mixto, donde no solo confluye lo cultural sino también la parte natural, siendo otro tema que se puede analizar en otro artículo. Pero de manera general, se puede decir que el patrimonio cultural ha sido hecho por otras personas que probablemente hoy en día ya no están con nosotros.

Otro elemento que se puede destacar esque el patrimonio cultural es un recurso no renovable, cambiante y vulnerable a modificaciones o incluso puede llegar a perderse. Lamentablemente el patrimonio cultural está expuesto a riesgos, desastres naturales, insectos y otros organismos, negligencia de personas, falta de cuidado, aculturación, entre otros factores que influyen en él. Por ello, sino se aplican medidas de protección y salvaguardia, dicho patrimonio es un recurso que una vez desaparece es casi imposible que vuelva a existir o ser recuperado. Lo único que puede permanecer es el registro documental, visual o audiovisual de ese patrimonio, para que de alguna forma pueda ser transmitido a otras generaciones venideras.

Finalmente, el patrimonio cultural también es aquello que testifica nuestra identidad, sentido de pertenencia y orgullo con el territorio donde vivimos, ya que representa parte de nuestra historia, así como una serie de valores y significados que nos ayudan a dar sentido a nuestra vida y generar un mayor bienestar social. Estas son algunas reflexiones básicas que nos ayudan a entender el patrimonio cultural, pero podríamos seguir explorando otras más.

Por lo tanto, es nuestro deber conocer y reconocer aquello que nos ha sido heredado, como el legado de nuestros antepasados, para actuar como vigilantes de ese patrimonio no solo para su conservación sino también para el disfrute de las sociedades actuales y futuras.

Interpretación del vigiliante del patrimonio

Comenta: ¿Y tú que consideras como patrimonio cultural? Comparte un ejemplo.

Referencias

Audrerie, D., Souchier, R., & Vilar, L. (1997). El patrimonio mundial. En Que sais-je?, 3304. París: Presses Universitaires de France, PUF.

Smith, L. (2006). Uses of Heritage. Revised edition. London: Routledge.

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