La interpretación es una estrategia y actividad educativa que más allá de ayudar a dar información del patrimonio cultural, sirve para transmitir su significado y valores. Esto con el fin de generar una mayor valoración al patrimonio, conciencia respecto a su cuidado y un mensaje reflexivo sobre su importancia.
Esta interpretación se puede realizar por medio de un conjunto de técnicas que permiten un mayor entendimiento de la significancia del patrimonio. A continuación se resumen las técnicas de interpretación más representativas:
Autoreferencia (self-referencing): sirve para hacer que la audiencia piense sobre sí misma. Ejemplo: ¿Alguna vez usted ha visitado una Iglesia tan antigua como la de Santo Domingo de la ciudad de Loja? ¿Cuándo fue la última vez que usted recorrió unas calles empedradas con casas coloniales a su alrededor?
Después de realizar la pregunta, no se esperaría respuesta del oyente, sino más bien se le otorga unos minutos para que piense unos segundos sobre el patrimonio que está viendo y la oportunidad de poder visitarlo por su valor histórico y cultural.
Fabulación: es una técnica que sirve para relacionar el patrimonio cultural con una fábula, se utiliza especialmente para una audiencia de niños. Ejemplo: La Fábula de “Los tres cerditos y el lobo feroz”, se podría utilizar para vincularlo con alguna edificación patrimonial con la que se quiere transmitir un mensaje de cuidado y conservación.
Escenificaciones: sirve para escenificar historias locales del patrimonio cultural, utilizando un vestuario creativo y diálogos entre diferentes personajes que recrean una narración o anécdota, con el fin de transmitir un mensaje final. Por ejemplo, las leyendas y mitos pueden ser escenificadas no solo para dar a conocer sobre esta manifestación cultural sino también para revalorizar esas memorias y que las personas las sigan transmitiendo de generación en generación.
Uso de los sentidos: se puede lograr una mayor sensibilización de las personas con el patrimonio a través de los sentidos.
Por medio del tacto, se podría incitar a las personas a tocar de forma cuidadosa un bien patrimonial como una piedra con petroglifos o un objeto del museo (si esque está autorizado) y promover mayor comprensión sobre su importancia. También se puede sensibilizar a través del oído para escuchar los sonidos del entorno como una cueva antigua, y de esa manera transmitir un mensaje de reflexión. El olfato también permite una mayor interpretación, por ejemplo se puede hacer que las personas perciban los olores de un sitio arqueológico a la vez que se les explica sobre su historia y construcción.
Por otro lado, la vista permite promover un mayor acercamiento al patrimonio cultural para observar con detenimiento los signos y símbolos de un sitio, por ejemplo al admirar una Iglesia e interpretar sus elementos. Finalmente el gusto, se emplea especialmente para patrimonios intangibles a fin de hacer que las personas prueben los frutos y alimentos locales y sus diferentes texturas, para entender sobre su riqueza cultural y gastronómica, y a la vez generar un mensaje de valoración y respeto a los productos locales.
Existen otras formas de interpretar el patrimonio cultural, sin embargo este artículo ha compartido las más relevantes. Previo a elegir la técnica interpretativa, se sugiere investigar y analizar información sobre el patrimonio cultural seleccionado, para posteriormente adecuar la mejor estrategia que permita a las personas un mayor acercamiento con ese patrimonio así como una mayor admiración, inspiración, interacción y cambio de actitud con la manifestación o bien visitado.
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Referencias
Wo Ching, A y Rhodes, A (2007). Manejo y Conducción De Grupos De Ecoturistas. Editorial Trillas
Ojeda, R (2021). La cultura, el Turismo y la Interpretación del Patrimonio. RIIED. Vol. 1(1). 118-128